
El pisto manchego o pisto es un plato tradicional de la cocina española, en concreto de La Mancha, aunque su fama ha trascendido en todo el territorio nacional e incluso más allá de nuestras fronteras.
Esta es una receta de verduras muy sencilla, ideal como guarnición e incluso como plato único acompañado de un huevo frito y un trozo de pan. Se puede comer caliente, templado o frío, y con cierto reposo tiende a quedar más sabroso.
💡 Los ingredientes básicos de todo buen pisto que se precie son el calabacín, el pimiento verde, la cebolla y el tomate. A partir de aquí pueden añadirse pimiento rojo, ajo machacado e incluso una pizca de comino para realzar el sabor del tomate.
Otra variante muy recomendable, sobre todo si no tienes calabacín en casa, en preparar el pisto con berenjenas. Los pasos del pisto con berenjena son idénticos y lo cierto es que también queda muy rico.
Para la receta de hoy me voy a ceñir a los ingredientes más básicos, pero ya sabes que eres libre de añadir los que te parezca o tengas más a mano en la alacena.
Por comodidad he utilizado tomate natural triturado pero también puedes utilizar tomates enteros escaldados y pelados. Como prefieras.
Ingredientes para 4 personas
- 2 calabacines
- 1 cebolla grande
- 1 o 2 pimientos verdes italianos
- 350 g de tomate natural triturado (importante que sea de calidad) o unos 5-6 tomates
- Aceite de oliva virgen extra
- Sal
- Pimienta negra recién molida (opcional)
Elaboración del Pisto
- Primero pica los pimientos y la cebolla en trozos pequeños, más o menos del mismo tamaño. Haz lo mismo con el calabacín, aunque no pasa nada porque éste quede un poco más grande. A tu gusto.
- En una cazuela añade una línea de aceite de oliva y cuando empiece a coger calor, incorpora la cebolla o el pimiento. Puedes echar primero la cebolla y un poquito después el pimiento pero lo cierto es que queda bien de cualquier manera.
- Cocina a fuego medio durante unos 10 minutos y pasado ese tiempo añade los calabacines picados. Cocina durante unos 10 minutos más a fuego bajo y después añade el tomate.
- Cocina el tomate con la cebolla y el pimiento a fuego bajo durante al menos 35 o 40 minutos. Corrige de sal y si lo deseas añade una pizca de azúcar para reducir la acidez del tomate.
Ya tienes listo un rico pisto casero.
⭐ Si decides utilizar tomates enteros, primero escalda durante unos segundos para retirar la piel de los mismos y después tritura hasta conseguir una salsa. También puedes pelarlos directamente con un cuchillo y saltarte este paso. El tomate sin piel suele ser más agradable de comer en un pisto 🙂
Paso a paso en Imágenes
Degustación
El verdadero pisto manchego se preparaba en sus inicios con pimiento verde y tomates. Ni siquiera llevaba cebolla. Los años pasaron y la adicción de cebolla, ajo o pimiento rojo han convertido al pisto en un plato más completo que permitía jugar con los ingredientes.
En Andalucía se prepara el pisto andaluz, en el que se combina el calabacín con la berenjena y se añaden patatas, tomillo y orégano. En otras cocinas el pisto se prepara de forma tradicional pero con patatas.
Sea como sea, este es un plato muy sencillo, sabroso, ideal para guardar en nevera o incluso congelar y que nos permite jugar con los ingredientes que tengamos más a mano en nuestra nevera.
Lo hagas como lo hagas, seguro que tu pisto queda de chuparse los dedos y no tiene nada que envidiarle al pisto de Arguiñano o de Berasategui 😉
Recuerda que la gracia del pisto también reside en sus acompañamientos. Unos huevos fritos, una buena rebanada de pan de hogaza o unos filetes de lomo de cerdo ibérico te harán subir a los más alto del olimpo pistero.
Estamos ante una de las guarniciones más ricas y sencillas de la cocina española.
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