
El falafel es uno de los platos más populares del mundo. De origen árabe, estas croquetas vegetales sirven tanto para un roto como para un descosido, resultando muy sabrosas y nutritivas.
El nombre de este plato deriva de falfala, que significa algo así como «condimentar», precisamente una de las claves del falafel.
En Internet encontrarás 1001 recetas para hacerlo en casa. Yo te voy a explicar una forma tradicional, súper sencilla y riquísima.
Como sabrás, los ingredientes básicos son los garbanzos, el comino y el ajo. Si también tienes los que indicaré más adelante vas a conseguir unos falafel de chuparse los dedos.
Son el cilantro y la cebolla, que aportan muchísimo sabor a la masa y ese puntito de sabor tan característico del falafel.
Por otro lado, en mi caso siempre los preparo con garbanzos crudos previamente remojados aunque en algunas regiones de Egipto también utilizan habas secas.
Ingredientes para 4 personas
- 250 de garbanzos secos
- Harina de trigo o harina de garbanzos
- 1 cebolla
- 2 dientes de ajo
- Unas ramas de cilantro fresco (no te cortes con la cantidad)
- 2 cucharaditas de comino en polvo
- 1 cucharadita de levadura química
- Aceite de girasol para la fritura
- Sal
- Una cucharadita de sumac (opcional)
Elaboración del falafel
- Escurre los garbanzos secos que has remojado la noche anterior. Recuerda que sin este remojo previo no se puede hacer falafel.
- En una picadora introduce los garbanzos, cebolla, cilantro, ajo y comino en polvo. Si no tienes suficiente espacio pica en varias tandas.
- Cuando tengas la “masa” de falafel terminada, colócala en un bol o recipiente grande. Añade sal al gusto, levadura y una cucharada de harina de trigo convencional o harina de garbanzos.
- Vuelve a mezclar bien todos los ingredientes en el recipiente, tapa con film y guarda en la nevera durante al menos hora y media o dos horas para que el preparado coja consistencia.
- Una vez sacado de la nevera, forma pequeñas bolas o croquetas a tu gusto y utiliza algo más de harina si notas que a la masa de falafel le falta consistencia.
- Fríe en aceite caliente, ve dándole la vuelta a cada pieza de falafel y saca cuando veas que están completamente doradas.
Coloca en papel absorbente y ya tienes unos ricos falafel caseros para disfrutar.
Paso a paso en imágenes






Degustación
Los falafel se pueden comer recién hechos, templados o incluso fríos de la nevera, aunque cuando más ganan son recién preparados.
Disfrútalos acompañados de una salsa raita, salsa picante, dentro de un pan de pita con vinagreta de yogur y repollo o incluso envueltos en wraps como en la foto.

No dejes de probar esta receta, es muy práctica, saludable y a los más peques les encanta.
Por cierto, este plato de Oriente Medio admite otras especias e ingredientes. Si tienes tahini en casa, prueba a añadir una cucharadita en la mezcla. Si no eres vegano prueba a añadir una yema de huevo.
Condimentos como el pimentón, la canela o el clavo. Por otro lado, si quieres darle un puntito extra de crocante a la bola de falafel, puedes rebozar con pan rallado antes de freír.






Desde hace un tiempo los hacemos en casa, y verdad, la receta es súper parecida 😀
Un gran plato.
No falla, quedan riquísimos 🙂